En los últimos años, los esports han dejado de ser simplemente torneos competitivos para transformarse en verdaderos espectáculos de entretenimiento. Y como todo buen show, la música cumple un rol fundamental. No solo marca el ritmo del evento, sino que ayuda a crear atmósfera, identidad e incluso emoción. Ahí es donde entra el DJ, ese personaje que, desde una consola, conecta con el público tanto como los jugadores desde sus teclados y controles.

Eventos como Worlds de League of Legends, The International de Dota 2 o incluso finales regionales de Valorant ya nos tienen acostumbrados a aperturas épicas, con música en vivo, bailarines y efectos visuales. Pero cada vez es más frecuente que los DJs se conviertan en protagonistas por derecho propio, no solo en la ceremonia de apertura, sino durante las pausas, entre partidas o incluso como parte de afterparties oficiales.

DJs + esports = fusión natural

¿Por qué esta conexión funciona tan bien? Porque el ritmo vertiginoso de los juegos competitivos tiene mucho en común con la estructura y energía de la música electrónica. Ambos mundos comparten una audiencia joven, digital, nativa de Internet, que consume contenido en Twitch, Spotify, TikTok y YouTube por igual. Además, la figura del DJ representa una especie de “player” de las emociones colectivas: sabe cuándo subir la intensidad, cuándo relajar el ambiente y cómo leer al público.

Lo vimos en eventos como el Gamergy, DreamHack, o incluso en producciones chilenas como Festigame Itaú 2024, el evento gamer más grande del país. En él, artistas nacionales como Pablito Pesadilla, Soulfia, King Savagge y FaceBrooklyn llevaron su propuesta musical a un espacio dominado por videojuegos, generando una conexión directa con el público gamer. Esta integración no solo demuestra el poder de la música en vivo para enriquecer la experiencia de los esports, sino que abre el camino para que más artistas —incluidos DJs— se sumen a este tipo de iniciativas.

El caso del Esports World Cup y su giro musical

Pero si hay un ejemplo que deja clara esta tendencia, es la Esports World Cup que se celebrará en Arabia Saudita este 2025. No conforme con reunir a los mejores equipos del mundo en títulos como PUBG Mobile, LoL, Rocket League o CS2, la organización anunció un festival de música paralelo, con DJs y artistas internacionales como parte oficial de la experiencia.

El objetivo es claro: posicionar al evento no solo como una cita obligada para el deporte electrónico, sino como una celebración cultural que mezcle gaming, música y estilo de vida. Se trata de una movida estratégica, financiada por el gobierno saudí, que quiere posicionarse como centro global del entretenimiento (no exento de críticas, claro está, por el contexto político y social del país). Más allá del debate, lo cierto es que este festival marca un precedente.

¿Qué nos dice todo esto?

Que los eventos esports ya no se conciben solo en torno a las partidas. La experiencia se amplifica, se enriquece y se abre a nuevas disciplinas. La música, y particularmente los DJs, aportan una capa emocional y cultural que conecta con los asistentes, los espectadores online y los sponsors.

No es casualidad que marcas de audio, festivales y productoras estén cada vez más interesadas en el mundo gamer. Los esports son el nuevo escenario, y los DJs, los nuevos héroes del entretiempo.

¿Lo próximo? Quizás una colaboración entre un caster y un DJ en vivo. O un campeonato de DJ sets dentro de un juego musical. Con la comunidad correcta, todo es posible.